jueves, 24 de julio de 2014

Nuestro mundo


Increíble nuestro mundo.

Paseas por la calle y ves caras diferentes, no hay dos iguales. Cada persona es en sí un mundo, y eso sólo mirando,  poniendo los ojos en lo que se ve.

El interior ni te cuento. Cada uno con sus experiencias, sus creencias, sus circunstancias, sus genes, su crecimiento personal y sus propias barreras, algunas conscientes y otras por necesidad para sobrevivir, su propia gestión de emociones, sus miedos y sus alegrías, sus preocupaciones, sus necesidades, sus objetivos, su propio diálogo interno, su querer ser o su conformismo, su adaptación al entorno.

En realidad todos estamos solos pero necesitamos relacionarnos con los demás. Queremos compartir, dar y recibir. Nuestras creencias se han formado a nuestro alrededor, lo que hemos visto, lo que hemos asumida por bueno sin llegar a dudarlo, o por malo, sin plantearnos si realmente lo era. Por imitación cuando éramos niños, por beber de lo que hemos recibido al nacer. Nuestra imagen del mundo era la persona que nos cuidaba, sentíamos como ella, nos fundíamos en ella. Ella era todo, para lo bueno y lo mejorable. 

Sin embargo en el mundo no estamos solos y siguen pasando sucesos muy fuertes a la vuelta de la esquina, creyendo que a nosotros no nos llegará.

Qué ocurre? Estamos en el mundo pero nos creamos un chiringuito de seguridad donde no nos afecte lo que ocurre. Hoy mueren personas en una guerra de un país cercano, se trata como un número de víctimas y detrás de cada número hay una persona, se invade la libertad ajena, hay países en los que la vida no vale nada y se tiene asumido. Mujeres que no pueden serlo porque se lo roban al nacer.

Todo esto y más somos capaces de verlo en un telediario y ni inmutarnos, luego sólo se hablará del nuevo fichaje de futbol.

Todo esto y más solo lo pensamos en momentos de bajada, porque en realidad no hemos logrado digerir que el hombre tenga años de evolución y la historia se repita.

Quiero creer en el hombre. Por qué la raza humana sigue siendo agresiva, egoísta, invasiva?. El poder llama a algunas personas y les ciega, pero luego hay un gran rebaño de borregos que le siguen. No se puede vivir con el odio, te transformas en una bestia, son emociones que cuando llegan no deben calar, solo pasar.

En muchas ocasiones pienso si hay solución a todo este error y tengo muy claro que en el momento actual no lo hay pero si podría haberlo en el futuro.

Es necesario modificar la educación desde la más tierna infancia. Hay que dar herramientas para vivir en sociedad. Es necesario estimular a los niños con inteligencia emocional y social, sacar el potencial de cada niño con estudio individual, aprender a vivir en sociedad y que los valores sean una base. Ellos son el futuro y los que pueden cambiar el mundo. Ellos deben aprender a VIVIR, en ellos está la esperanza de poner un poco de cabeza y corazón a esta locura actual.

Este es el mensaje que me gustaría mandar.  

 Ojala te sirva.

Carmen Hidalgo.

lunes, 21 de julio de 2014

Conexiones


La neurociencia ha demostrado que lo que cuenta no es el número de neuronas, sino el número de conexiones. Cuanto más se aprende y más experiencias estimulantes se disfrutan, más vínculos establecen las neuronas entre ellas y el cerebro aumenta su rendimiento. Nunca es tarde para empezar a construir nuevas conexiones y todos podemos.
Con la física cuántica vamos más lejos. Las conexiones no sólo se forman dentro de nuestro cerebro sino que todos estamos conectados.

Os voy a poner un ejemplo, dentro de Reiki, técnica que equilibra cuerpo y mente a través de la Energía, se puede mandar energía a distancia a otra persona que no es necesario conocer, esto se enseña a partir del segundo nivel.

Simplemente con la intención tú puedes mandar energía a otra persona, y llega.
 
He tenido el privilegio de ir a un taller impartido por Ana María Oliva, basado en su libro “lo que tu luz dice”.

Ana María es ingeniera industrial, máster en Ingeniería Biomédica y doctora en Biomedicina. Es también directora del Instituto Iberoamericano de Bioelectrografía Aplicada, experta en Bioelectrografía GDV y con amplia formación y práctica en terapias complementarias.

GDV es un aparato inventado por el físico ruso Korotkov en 1996, que permite enviar imágenes del campo de energía al ordenador y analizarlas con potentes procesadores.

Ana María a través de GDV ha logrado obtener imágenes en las que claramente se ve como la energía sale de una persona y llega a otra al mismo tiempo.


 
Estas imágenes resultan impactantes.
Si existe un mar infinito de conexiones en las que todos estamos vinculados ¿Dónde queda el límite entre tú y yo?¿existe?
Al igual que depende de nosotros activar y crear conexiones en nuestro cerebro, también está en nuestra mano cuidar la red que nos une. Todos somos uno y uno somos todos.
Ojala te sirva.
Carmen Hidalgo.