jueves, 8 de mayo de 2014

Enfermos y cuidadores


No deja de llamarme la atención lo difícil que resulta a muchas personas cuidar de un enfermo. Por eso quiero escribir este artículo, compartirlo y mejorarlo con vuestras ideas.

Hay muchos tipos de enfermos, pero todos ellos cuentan con una limitación temporal o indefinida, en la que necesitan más que nunca el apoyo de los que le rodean. En muchas ocasiones, sobre todo ante una enfermedad larga, no podemos dar todo nuestro tiempo, por eso tenemos que dar tiempo de calidad.

Recordemos una regla básica olvidada, lo que importa es aquí y ahora, disfruta del tiempo que des, disfruta de la más mínima mejora, cuida con amor y entrégate cuando lo hagas.

Reglas

·         No engañar nunca al enfermo.

Si dan noticias preocupantes, el enfermo tiene todo el derecho a saber con lo que se enfrenta. La verdad no quita darla con un poco de azúcar.

Una misma noticia se puede dar de múltiples formas. La mejor es aquella en la que no se cierran puertas y no se ponen límites. Es como una moneda con dos caras, demos la buena, la que dé confianza al enfermo y espíritu de superación.

·         Cuidarle con amor y alegría. Una sonrisa hace verdaderas maravillas.

Lo que desprendemos es lo que se respira y se siente. Tienes que sacar lo mejor de ti para poder compartirlo. Si lloras, el enfermo llora contigo. Si sonríes, el enfermo sonríe contigo.  El ambiente importa. Tu energía se mueve a su alrededor y le impregnas de ella.

·         Estar atentos a los detalles y señales.

Una bajada de ánimo no esperada, hay que reaccionar rápidamente antes de que vaya a más. Leer el silencio. En silencio se dice mucho y si estás atento puedes hacerlo. La interpretación de una postura, de una mueca en la cara…

Todo pequeño detalle nos puede dar información.

·         Escuchar.

Escuchar no es lo mismo que oír. Siéntate a su lado y sólo estate atento a lo que te diga, te comente su día, te comente sus recuerdos.

Mientras lo hace, dale la mano.

·         El contacto físico es importante.

Mantén la mano del enfermo entre las tuyas a ratos. Acariciarle. En la sociedad actual hemos olvidado la importancia del contacto físico, es una sociedad fría.

Si quieres calidez ten contacto físico.

·         Proporcionarle la mayor comodidad posible.

 Pequeños detalles como darle las pastillas a mitad de comida y dejarle lo que más le guste para el final y se queden con ese sabor.

Masajes con crema que les ayude a hidratar la piel y a la vez a estimularla y relajarla. Ni muy fuertes, ni muy flojos.

Alguien que está en la cama mucho tiempo puede sufrir picores en la piel, en este caso lo mejor es una crema de avena.

Si no se puede duchar el enfermo, lava el pelo con champú de espuma seca que venden en la farmacia. Peinadle. Masajead su cabeza, le relajará.

Reiki es una técnica muy sencilla y conveniente. Mantiene al paciente tranquilo y se pueden eliminar molestias puntuales sin medicación.

Si no lo conoces, infórmate.

Ante algo puntual puede no ser necesario pero ante una enfermedad de larga duración sería conveniente.

·         Hacerle consciente de lo bueno que ha pasado en su día, el más mínimo detalle importa.

En el caso de ver complicada esta tarea en un momento dado, siempre se puede decir, ya queda un día menos para estar mejor.

·         No marear al enfermo.

Muchas visitas intentan animar al paciente pero terminan mareándole. Nos tenemos que poner en la piel del enfermo y dejar la nuestra fuera. Si vemos que está cansado, darle un beso y con tacto irnos. Si vemos que tiene ganas de hablar nos quedamos tranquilamente charlando. Pero hay que observar al enfermo y decidir según le veamos.

·         No dar cancha a la autocompasión.

No hay nada peor que un auto diálogo de compasión. Que mal estoy, no puedo hacer nada, me voy a morir, quiero irme de aquí, no duermo nada, no como nada..….

Con todo cariño, debemos hacer consciente al enfermo de que aunque esté mal va a mejorar y mucho depende de él. Dar la vuelta a todo lo que diga de forma positiva.

Por ejemplo, no he dormido nada en toda la noche, la respuesta sería, no te preocupes es porque has dormido mucho a lo largo de la tarde.

·         Acostumbrarle a pensar cosas bonitas.

Todos los días antes de dormir, recuerda pensar cosas bonitas, si ahora no recuerdas ninguna invéntatela. Piensa en algo que te guste y duerme con ese pensamiento. Piensa que esta enfermedad se va y lo que te apetece hacer cuando no esté. Vive en tus sueños lo que ahora no puedes vivir en la realidad.

·         En caso de una enfermedad crónica hacer consciente al paciente.

Ante una enfermedad para toda la vida o una limitación por edad, la persona debe asumirlo y ser consciente. Se tiene que adaptar.

Dentro de cualquier limitación se cierran puertas pero se abren otras, busquemos con el enfermo ese nuevo mundo de posibilidades.

·         El cuidador necesita ser cuidado.

El cuidador debe ser el fuerte y el que controle la situación del paciente. Él está en la oscuridad sin que nadie se fije en él. Sin embargo, ante una situación crítica o una situación larga es conveniente que el cuidador sea también cuidado, para poder seguir con esa vitalidad, energía, optimismo y entrega desde donde nadie le ve. 

Como veis las palabras claves son Amor, Consciencia, Empatía, Optimismo, Calidad, Contacto, Entrega, Detalle, Ánimo, Paciencia.

Ojala te sirva.

Carmen Hidalgo.















 
 

2 comentarios:

  1. Bichejus_colorius8 de mayo de 2014, 6:20

    Este estupendo artículo me lo voy a guardar como guía de cabecera. Me sirve y mucho. Gracias por compartir con nosotros estas directrices tan sabias.

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