Existen
casos de curación espontanea donde el médico no puede dar ninguna explicación lógica
a la superación de una enfermedad.
Doy
fe de ello, ya que tenía esófago de Barrett durante años y desapareció sin
dejar rastro.
Para
que ocurra es necesario un cambio a la hora de ver tu vida y lo que te rodea.
Modificar tu forma de pensar y hablarte.
Estoy
leyendo “Desarrolla tu cerebro” de Joe Dispenza. Libro donde se detalla el
cerebro y su funcionamiento, así como el potencial que tenemos de poder
desarrollarlo una vez que lo entendemos. Dentro del segundo capítulo vienen
casos de curación espontánea con su estudio y conclusiones.
Deseo
compartirlo con vosotros por si le sirviera a alguien.
Después
de estudiar casos de gente que había experimentado remisiones y curaciones
espontáneas, resulto evidente que la mayoría de estos individuos tenían cuatro
cualidades específicas en común.
1.-
Una elevada inteligencia innata nos da la vida y puede curar el cuerpo.
La
gente creía que una inteligencia o fuerza superior habitaba en su interior.
Tanto si lo calificaban de divino, como de espiritual o subconsciente,
aceptaban que ese poder interior les daba la vida a cada momento. Más aun,
cuando llegaban a conectar con dicha inteligencia, ésta se ponía a su servicio.
Hay
que reconocer que existe una fuerza inteligente en funcionamiento dentro de
nosotros que supera en mucho nuestras habilidades conscientes.
2.-
Los pensamientos son reales; los pensamientos afectan directamente al cuerpo.
Hay
un campo científico llamado psiconeuroinmunología que ha demostrado la conexión
existente entre la mente y el cuerpo. Cada uno de tus pensamientos provoca una
reacción bioquímica en el cerebro. Acto seguido, el cerebro libera señales químicas
que se transmiten al cuerpo, donde actúan como mensajeros de los pensamientos.
Los pensamientos que desencadenan la liberación de sustancias químicas en el
cerebro permiten que tu cuerpo sienta exactamente lo que estás pensando. Tus
pensamientos se transforman de inmediato en materia.
Una
persona que desea mejorar su estado de salud debe cambiar por completo sus
patrones de pensamiento. Para lograr esto, debe romper los bucles continuos de
pensamientos y sentimientos negativos, y reemplazarlos con otros nuevos y
beneficiosos.
Los
pensamientos conscientes, si se repiten lo bastante a menudo, se convierten en
pensamientos inconscientes.
Mediante
la observación y reflexión, podemos llegar a darnos cuenta de nuestros
programas inconscientes.
Una
actitud nueva puede convertirse en un nuevo hábito.
3.-
Podemos reinventarnos a nosotros mismos.
4.-
Somos capaces de concentrarnos tanto que perdemos el sentido del espacio y del
tiempo.
Como
seres humanos, tenemos el privilegio de hacer que nuestros pensamientos sean
más reales que ninguna otra cosa, y cuando lo conseguimos, el cerebro graba
esas impresiones en los pliegues más profundos de su tejido. Dominar esta
habilidad es lo que nos permite comenzar a cambiar nuestra mente y nuestra
vida.